Ulcera Péptica y Enfermedad por Helicobacter Pylori

Dr. José Rogelio Méndez


 

La úlcera péptica es una zona erosionada , claramente circunscrita en la membrana mucosa del estómago o del duodeno o en cualquier otra parte del sistema gastrointestinal, expuesta a la acción de los jugos gástricos ricos en ácido y pepsina.  

Las úlceras pépticas pueden ser agudas o crónicas.   Las lesiones agudas son casi siempre múltiples y superficiales, pueden ser totalmente asintomáticas y por lo general curan sin dejar cicatrices ni otras secuelas.   Las úlceras crónicas son auténticas úlceras profundas, aisladas, persistentes y sintomáticas; la pared muscular del órgano no se regenera y se forma una cicatriz que marca la localización de la úlcera, si bien la mucosa puede cicatrizar completamente.   Las úlceras pépticas se deben a la acción de diversos factores mal conocidos, tales como una excesiva secreción de ácido gástrico, inadecuada protección de la membrana mucosa, estrés, herencia e ingestión de determinados fármacos como los coticoesteroides y ciertos antihipertensivos y antiinflamatorios.   Típicamente, las úlceras pépticas se caracterizan por un dolor epigástrico que no se irradia a la espalda, no se agrava con los cambios de posición y tiene ciclo que corresponde al ritmo diurno de la ácidez gástrica.

Las principales formas de úlcera péptica son la úlcera duodenal y la úlcera gástrica, ambas son enfermedades crónicas frecuentemente causadas por Helicoobacter pylori.

La úlcera gástrica es una erosión circunscrita de la mucosa gástrica que atraviesa la muscularis mucosae, puede penetrar la capa muscular y perforar la pared del estómago.   Tiende a recidivar con el estrés y se caracteriza por episodios de dolor urente, flatulencia y náuseas, especialmente cuando el estómago se encuentra vacío o después de ingerir ciertos alimentos.   De forma característica, los alcalinos y la leche alivian con rápidez el dolor.

La úlcera duodenal es la úlcera del duodeno.   El tipo más común es la úlcera péptica.

Fisiología Gástrica en Relación con la Ulcera Péptica

La causa habitual de la úlcera péptica es el desequilibrio entre la secreción de jugo gástrico y el grado de protección que proporcionan la barrera mucosa gastroduodenal y la acción neutralizante de los jugos duodenales frente al ácido gástrico.   Conviene recordar que todas las zonas normalmente expuestas al jugo gástrico están bien provistas de glándulas mucosas, comenzando por las glándulas mucosas compuestas por la porción inferior del esófago e incluyendo revestimiento mucoso del estómago, las células de los cuellos mucosos de las glándulas gástricas, las glándulas pilóricas profundas cuya secreción predominantemente es el moco, para acabar en las glándulas de Brunner de la primera porción del duodeno, que secretan un moco alcalino.

Además de la protección otorgada por el moco, el duodeno dispone de la defensa que le presta la alcalinidad de las secreciones que llegan a él.   De importancia especial es la secreción pancreática, muy rica en bicarbonato sódico, que neutraliza el ácido clorhídrico del jugo gástrico y que, además, inactiva a la pepsina, por lo que evita las grandes glándulas de Brunner situadas en los prímeros centímetros de la pared duodenal y la bilis procedente del hígado contienen cantidades abundantes de iones de bicarbonato.

Por último, dos mecanismos de control de retroalimentación garantizan la neutralización completa de los jugos gástricos.

1.      Cuando un exceso de ácido penetra en el duodeno, se produce una inhibición refleja de la secreción y del peristaltismo gástricos por un doble mecanismo nervioso y hormonal, por lo que el ritmo del vaciamiento gástrico disminuye.

2.      La presencia de ácidos en el intestino delgado estimula la liberación de secretina por la mucosa intestinal; esta hormona llega al páncreas por vía sanguínea y estimula en él la rápida secreción de jugo pancreático, muy rico en bicarbonato sódico, de forma que la cantidad de éste disponible para neutralizar el ácido aumenta.

Por tanto, una úlcera péptica puede desarrollarse por dos vías:

1.      Por un exceso de secreción de ácido y pepsina producidos por la mucosa gástrica,

2.      Por una disminución de la capacidad de la barrera mucosa gastrointestinal para proteger a los tejidos frente a las propiedades digestivas del complejo ácido-pepsina.

 

Factores Agresivos: Acido y Pepsina.

La mucosa gástrica posee una gean capacidad de segregar ácido clorhídrico.   Las células encargadas de la secreción de ácido clorhídrico son las células parietales y estas se encuentran en el cuerpo y en el fondo gástrico a través de un proceso que implica la fosforilación oxidativa.   Se calcula que la concentración de HCl segregado por las células parietales es aproximademente de 160mM.   Cada ion de hidrógeno se acompaña de un ion cloruro.   Por cada ion de hidrógeno segregado a la luz, se libera un ion bicarbonato ( HCO3- ) a la circulación venosa gástrica, lo cual explica la denominada marea alcalina.   El bicarbonato se deprende del ácido carbónico generado a partir del dióxidod e carbono por la anhidrasa carbónica de la célula parietal.   El paso final de la secreción gástrica se logra por una bomba de protones ( ATPasa H+ - K+ ) localizada en la membrana microvellositaria apical y en el aparato tubovesicular de la célula parietal.   Esta ATPasa H+ - K+ intercambia hidrógeno por potasio a través de la membrana microvellositaria.

La secreción ácida es estimulada por la gastrina y por las fibras vagales postganglionares, a través de receptores colinérgicos muscarínicos situados en las células parietales.   La gastrina se libera a partir de las células G, dispersas en las glándulas pilóricas del antro.   La gastrina es inhibida por la somastotatina.   La mucosa gástrica contiene grandes cantidades de histamina, que es el estimulante más importante de la secreción ácida gástrica y se libera a partir de las células similares a las enterocromafines (SEC), tanto por la acción de gastrina como por la actividad colinérgica.   Las membranas basolaterales de las células parietales contienen receptores de histamina, gastrina y acetilcolina, que estimulan la secreción ácida, y de prostaglandinas y somastostatina, que la inhiben ( Fígura #1).   La histamina estimula la producción de ácido gástrico, aumentando la actividad de AMPc.

La gastrina y la acetilcolina no estimulan la secreción de AMPc, sino que estimulan la secreción gástrica incrementando el contenido de calcio en el citosol de  la célula parietal.   La somatostatina inhibe la liberación de histamina por las células SEC.

Algunos factores agresivos de la úlcera: Acido, pepsina ( activa a pH < 3; inactiva a pH > 3 ); el cigarrillo ya que produce un aumento en la secreción de ácido, disminución del flujo sanguíneo, del bicarbonato y de la producción de moco.  

Defensa de la Mucosa

Factores Protectores:   Moco gástrico y duodenal, producido por la mucosa digestiva, flujo sanguíneo adecuado, factores de crecimiento, prostaglandinas y citorestitución ( el epitelio gástrico se regenera cada 10 días ).  

 

Figura 1


Biología de la célula parietal.  Gi y Gs subunidades inhibidora yestimuladora de la Proteína G.  SEC, similares a las enterocromafines.

La secreción de moco se estimula por irritación mecánica o química y por estimulación colinérgica.   Normalmente la superficie de la luz y las uniones intercelulares herméticas de las células epiteliales gástricas crean una barrera mucosa que resulta casi completamente impermeable a la difusión de hidrogeniones desde la luz.   Esta barrera puede interrumpirse con ácidos biliares, salicilatos, etanol y ácidos orgánicos débiles, lo cual permite la difusión de hidrogeniones al tejido gástrico.   La consecuencia puede ser lesión celular, liberación de histamina por las células cebadas, una mayor estimulación de la secreción de ácido, lesión de los pequeños vasos sanguíneos, hemorragia de la mucosa y erosión o ulceración.   La interrupción de la barrera de la mucosa gástrica parece contribuir a la gastropatía erosiva hemorrágica que se asocia a la ingestión de salicilato o etanol y a otras formas de la lesión de la mucosa gástrica.   Debido a la gran actividad metabólica y a las importantes necesidades de oxígeno de la mucosa gástrica, el mantenimiento de un flujo sanguíneo normal en la misma constituye un componente esencial en su resistencia a la lesión.   Se piensa que la disminución del flujo sanguíneo de la mucosa, acompañada de la difusión de hidrogeniones procedentes de la luz, son importantes en la génesis de la lesión en la mucosa gástrica.


Figura 2

Mecanismo de defensa de la mucosa gástrica.  Comprenden  la estimulación de la secreción de moco por las glándulas gástricas y de bicarbonato por las células epiteliales gástricas, la renovación del epitelio celular y la microcirculación gástrica, que suministra nutrientes a las células.  La administración de prostaglandinas favorece todos estos mecanismos.

 

Ulcera Producida por AINES

Los AINES producen daño local y sistémico.   Los AINES inhiben las prostaglandinas gástricas.   Las personas que hayan tenido úlceras no deben recibir AINES, ya que estos aumentan los riesgos de úlcera gástrica.

El daños agudo por AINES ocurre en las primeras dos semanas, y la frecuencia de ocurrencia es 60 – 100 %.   La mayoría de las personas que toman AINES desarrollan gastroduodenitis erosiva, pero al ser erosiva no sangra, o es indolora.   El uso crónico ( más de un mes ) produce úlceras en más de 30 % de los casos.

Después de usar los AINES por varias semanas, empiezan los mecanismos de citorestitución.   Este epitelio que está recibiendo constantemente Aspirinaâ e Ibuprofeno, se adapta y produce más prostaglandinas, las células basales se reproducen más rápidamente y empiezan a reemplazar a las células muertas; esto se denomina citorrestitución y además cicatrizan las erosiones.   Solamente 5 – 30 % de los pacientes no logran que el mecanismo de citorrestitución compense la pérdida causada por AINES.   Lo que se puede controlar es el riesgo que tienen los pacientes con o sin úlcera duodenal utilizando dosis más bajas y medicamento con vida media más corta, por ejemplo, el Ibuprofeno tiene una vida media de cuatro (4) horas y el Piroxicam de 24 horas.   El Piroxicam es el medicamento que causa más úlceras.

El HCO3- de la saliva mantiene un pH neutro en el esófago por una barrera intacta; el fondo y el cuerpo producen HCl; el antro produce gastrina.   A mayor acidez menor gastrina; el aumento de pH aumenta los niveles de gastrina para aumentar el ácido.   El HCO3- duodenal mantiene un pH neutro en el duodeno, igualmente que el HCO3- pancreático.

En un estudio de pH en el esófago, estómago y duodeno se observa que el pH a nivel del esófago es 7, luego disminuye 1-2 entre cardias y píloro, después aumenta en el duodeno y en el bulbo no es muy elevado (entre 3-5), es por eso que en el bulbo duodenal es donde más úlceras hay; finalmente disminuye en la II y III porción del duodeno.

También hay células en la mucosa que producen bicarbonato y queda atrapado en la capa de moco, por eso esta capa es protectora, para que no haya restitución de HCl.   El moco es un polisacárido espero (parece gelatina) y tiene un pH de 7, pero en el lumen el pH es de 1 a 2, haciendo que el ácido no atraviese el moco y dañe la célula.   Cuando se administra Aspirinaâ a un paciente, esta interfiere con la prostaglandina en la producción del moco y produce daño local al caer en el estómago, entonces se abre una brecha y el ácido y la pepsina activada pueden digerir y activar proteínas y esto empeora la situación.

El exceso de alcohol produce gastritis hemorrágica, donde se remueve el moco y se destruyen las células superficiales haciendo que el ácido y la pepsina provoquen una gastritis erosiva.

A medida que disminuye el flujo sanguíneo, aparecen más lesiones gástricas y aumenta el porcentaje de mucosa afectada; enonces llega el momento en donde si el shock no se corrige, todo el estómago empieza a sangrar (petequias) , y lo único que detiene ese sangrado es una gastrectomía total; esto se denomina hemorragia en sábana.


 


 

Ulcera Duodenal y Gástrica

La úlcera duodenal es característicamente una enfermedad crónica y recurrente.   Más del 95% de las úlceras duodenales se producen en la primera porción del duodeno y aproximadamente el 90% de ellas están situadas en los tres primeros centímetros a partir de la unión de la mucosa pilórica y duodenal.

Las úlceras gástricas son profundas y penetran más allá de la mucosa del estómago, y su histología es similar a la de la úlcera duodenal.

Etiología y Patogenia

Se piensa que la enfermedad ulceropéptica es el resultado de un desequilibrio entre factores agresivos, en especial el ácido gástrico y la pepsina, y factores protectores, como el moco gástrico, el bicarbonato y las prostaglandinas.   También la infección por Helicobacter pylori desempeña un papel importante.

 

Helicobacter pylori

Es un bacilo Gram negativo, microaerófilo corto, de morfología espiral, que provoca sistémicamente gastritis erosiva activa.   Cuando coloniza el estómago, el Helicobacter pylori se encuentra sobre todo en la capa profunda de la capa de gel de moco y las superficies apicales de las células epiteliales de la mucosa gástrica.   El Helicobacter pylori puede adherirse a la superficie de la luz de las células epiteliales gástricas, pero no invade la mucosa gástrica.

El Helicobacter pylori produce diversas proteínas que parecen mediar o facilitar sus efectos nocivos sobre la mucosa del estómago.   La ureasa producida por Helicobacter pylori cataliza la hidrólisis de la urea a amoníaco y dióxido de carbono.   La producción de ureasa es necesaria para la colonización gástrica por Helicobacter pylori y puede proteger al microorganismo de los efectos del ácido gástrico, que normalmente evita la colonización gástrica por otras bacterias.

El Helicobacter pylori activa a los monocitos que expresan receptores HLA-DR y de interleucina 2 en su superficie celular, y produce superóxidos, interleucina 1 y factor de necrosis tumoral.

Se piensa que existen diferentes cepas de Helicobacter pylori, y se ha propuesto que solo las cepas portadoras del gen cagA de citotoxina vacuolizante de 120-kD, o ambas, están relacionadas con la formación de úlcera duodenal.

Epidemiología

Las tasas de infección por Helicobacter pylori se incrementan en circunstancias de bajo nivel sdocioeconómico.   La transmisión de Helicobacter pylori parece ser directa, de persona a persona; se han propuesto vías de transmisión fecasl-oral, oral-oral, y gástrica-oral.   El riesgo de infección por Helicobacter pylori está disminuyendo en países desarrollados, al igual que el riesgo de úlcera péptica.   La mayoría de los pacientes con colonización por Helicobacter pylori nunca padecen úlceras y permanecen asintomáticos.

Diagnóstico

1.      Prueba de sangre (serología)

      Se llama prueba de ELISA (una vez positiva, sigue positiva).   Se usa para estudios

epidemiológicos.   Si hay úlceras provocadas por Helicobacter pylori y se administró tratamiento, esta prueba no sirve, ya que aunque Helicabacter pylori fue destruido, la prueba sigue positiva por 2 a 3 años.   En conclusión esta prueba sirve para pacientes que no han sido tratados.

 

2.      Prueba Histológica

      Al realizar la endoscopía se toma biopsia gástrica y se detecta Helicobacter pylori.


3.      Prueba de la Ureasa

      En la biopsia se toman pedazos de la mucosa y se colocan en un medio con urea que

tiene un indicador con un pH rojo fenol.   El Helicobacter pylori produce ureasa que  desdobla la urea de ese medio y produce bicarbonato y amoníaco, y esti cambia el indicador rojo fenol a rojo.   Esta prueba viene en un gel de agar llamado Clotest que son tarjetas donde se toma la muestra, se coloca el Clotest, se tapa y se incuba a 37 °C.

 

4.      Cultivo de la Biopsia Gástrica

      Este es el método más caro y toma 3 días solamente.

5.      Prueba de Aliento

     Se administra al paciente una cápsula marcada con Carbono radioactivo.   Esta

cápsula llega al estómago donde el Helicobacter pylori desdobla la urea y produce CO2 que proviene del HCO3- producido por la reacción de la ureasa.   El HCO3- se transforma en CO2 y este es exhalado, pero al ser radioactivo, entonces es detectado por una máquina que mide el aliento, lo detecta y mide su nivel.   De esta manera se confirma que tiene Helicobacter pylori y se usa en pacientes que han sido tratados, para verificar que el Helicobacter pylori haya sido erradicado.   Esta prueba es de elección para el diagnóstico definitivo.

 


Figura 3

Prueba del Aliento de Urea.  El CO2 marcado con un radioisotopo se detecta en el aire espirado después de la ingestión de urea marcada con un radioisotopo en presencia de ureasa gástrica producida por  H. Pylori.

Cuadro Clínico

El dolor epigástrico es el síntoma más frecuente de la úlcera duodenal.   Suele describirse como agudo, quemante, corrosivo, mal definido, apagado, o percibirse como una presión abdominal o una sensación de plenitud o hambre.   Suele aliviarse con la comida o con antiácidos como consecuencia de la neutralización parcial del ácido gástrico.   Los síntomas tienden a ser recurrentes y episódicos, es frecuente que las úlceras duodenales recidivan en ausencia de dolor.

En la exploración física, el hallazgo anormal más frecuente es la sensibilidad epigástrica.   El área dolorosa suele encontrarse en la línea media, entre el ombligo y el apéndice xifoides.   Una perforación aguda libre en la cavidad peritoneal suele producir un abdomen rígido en tabla, habitualmente con sensibilidad generalizada de rebote.

En la úlcera gástrica el dolor epigástrico es el síntoma más fecuente, pero no resulta tan característico como en la úlcera duodenal.   El dolor puede acentuarse por la toma de alimentos, y el alivio sintomático con alimentos o antiácidos se produce de una forma menos sistémica que en el caso de la úlcera duodenal.

Diagnóstico

La historia clínica tiene valor, ya que permite sospechar una úlcera gástrica, pero no es tan característica como en la úlcera duodenal

La exploración radiológica con contraste de Bario es útil para identificar las úlceras duodenales y gástricas, y continúa siendo el método inicial más utilizado para establecer el diagnóstico.   El estudio endoscópico del tubo digestivo superior es el procedimiento más preciso para diagnosticar úlcera duodenal y gástrica, ya que detecta úlceras que no se han podido detectar radiológicamente.   La endoscopía permite la visualización directa, su tamaño y su forma y es muy útil para valorar su cicatrización.

Tratamient

Fármacos Empleados en el Tratamiento de la Ulcera Péptica

Bibliografía

1.      Isselbacher, Braunwald, Wilson, Martin, Fauci, Kasper.   Harrison’s Principios de Medicina Interna. 13ª Edición. 2° Tomo.   Interamericana McGraw-Hill. 1998.

2.      Berkow, R et al.   The Merck  Manual. 16ª Edición.   Merck Research Laboratories.   Rahway, N.J. U.S.A.  1992.  Página 2844.

3.      Rakel.  Saunders Manual de Práctica Médica.  1ª Edición.  Editorial Interamericana McGraw-Hill.   Madrid. 1997. Página 1401.

4.      Cotran; Kumar; Robbins.Robbins Patología Estructural y Funcional.  5ª Edición.  Editorial Interamericana McGraw-Hill.  Madrid.1995. Página 1533.

5.      Guyton; Hall.   Tratado de Fisiología Médica.  9ª Edición.   Editorial Interamericana McGraw-Hill.  México. 1997.  Página 1262.

6.      Wyngarden, J.B.; et al.  Cecil’s Textbook of Medicine. 19th Edition.  1992.  W.B. Saunders.  Philadelphia.  Página 2252.

7.      Katzung, Bertran.  Manuales Clínicos.   Terapéutica Clínica.  2ª Edición.   Editorial Médica Panamericana.  1993. Página 600.

8.      The Medical Letter on Drugs and Therapeutics.  Compendio de Medicamentos de Elección.  Editoriales Internacionales.  Barcelona.  1992.  Página 142.

9.       Freeman, B.A. Microbiología de Burrows.  22ª Edición.  Editorial Interamericana McGraw-Hill.  México. 1989. Página 1181.

10.  Kelly, Wm N. Textbook of Internal Medicine. 2nd Edition. Philadelphia. J.J. Lippincott Co. 1992.

11.  Conn, Rex B., Borer, William Z., Snyder, Jack W., Current Diagnosis, 9th Edition. Philadelphia. W.B. Saunders Company. Página 1310.