INTRODUCCIÓN

 

Cuando un niño ingiere leche materna no sólo se introducen en su organismo sustancias nutritivas sino también moléculas que lo protegerán contra infecciones respiratorias, gastrointestinales y potenciales alergias hacia determinados alimentos, en un momento en el cual su sistema inmune no está totalmente desarrollado.

 

El conocimiento de una circulación denominada “enteromamaria” trae a la luz el mecanismo por el cual la madre traspasa al niño dichas moléculas protectoras, siendo la de mayor importancia la inmunoglobulina A secretora contenida en la leche.

 

El objetivo del presente trabajo es seguir los pasos de dicha circulación en la cual en forma general una madre ingiere un antígeno y produce anticuerpos contra el mismo, los cuales circulan y llegan a la glándula mamaria, en donde son empaquetados y secretados en la leche y de esta manera el lactante tiene en la luz de su tracto gastrointestinal un anticuerpo el cual no fue producido en él por un contacto previo.

 

Al finalizar es nuestro deseo el que lector tenga el conocimiento básico acerca de este maravilloso sistema que confiere una importante protección a los niños que son amamantados en comparación con aquellos que no lo son.

 

 

 

 

 

 

 

 

CIRCULACIÓN ENTEROMAMARIA DE PROTEÍNAS

 

 

La leche humana posee múltiples factores en su composición que tienen como finalidad la protección del neonato de infecciones y alergias,  asimismo la presencia de sustancias de alto valor nutricional que le confieren fuentes proteico-calóricas apropiadas a sus requerimientos.

Entre los factores de protección específicos presentes en la leche materna  de mayor importancia, tenemos a las Inmunoglobulinas. La Inmunoglobulina de más trascendencia transferida de la madre al neonato la constituye la IgA.

Existe un mecanismo fenomenal y único, que puede convencer al más escéptico que la leche materna es la mejor.  Este proceso ha sido denominado “Circuito o Circulación enteromamaria”, y actúa de la siguiente manera:

·         La madre lactante ingiere cualquier antígeno (proteína alimenticia, bacteria, virus, parásito). Estos antígenos viajan a través del tracto gastrointestinal y llegan al intestino delgado, y las reacciones posteriores tienes lugar a nivel del ileón.

·         La mucosa intestinal esta formada por una capa de células epiteliales especializadas denominadas enterocitos. Dentro de esta mucosa, existe una sub-población  de células absortivas especializadas  denominadas células M, que revisten específicamente a las localizaciones linfoides intestinales, principalmente a las Placas de Peyer. Las células M pueden hacer pasar a través de ellas macromoléculas  antigénicas intactas desde la luz intestinal hasta los linfocitos subyacentes ubicados en las Placas de Peyer.

·         Al llegar las moléculas antigénicas al ileón, las células M a través de mecanismos de invaginación, atrapa al antígeno y lo adentra intracelularmente, hasta dirigirlo al tejido linfático subyacente.

·         Al tener contacto el antígeno con el tejido linfoide ocurren una serie de procesos inmunológicos que llevan a la activación de los Linfocitos B, quienes se activan policlonalmente, y migran de las Placas de Peyer a la circulación linfática, llegando a la circulación linfática, y luego a los tejidos secretores, siendo para nosotros de importancia la Glándula Mamaria.

·         En la Glándula mamaria la concentración de IgA es más alta que en la circulación general, lo que facilita la unión de IgA en pares, conformando la Estructura IgA secretora, estabilizada por puentes J, y de mayor resistencia a la acción de proteasas y pH ácidos, lo que explica la resistencia de estas moléculas a la degradación gástrica.

·         Las IgA Secretoras son  internalizadas en vesículas endocíticas, las cuales son transportadas  a la membrana apical del epitelio glandular mamario para  ser excretadas por la leche.

·         Al tomar  el neonato la leche materna, esta ingiriendo entre una gran cantidad de sustancias de alto valor nutritivo e inmunológico, las IgA Secretoras.

·         Estas IgA Secretoras resisten el tránsito gastrointestinal, llegando a la mucosa intestinal del bebé, donde se ubican, protegiendo al neonato de  antígenos específicos que entraron en contacto con la madre lactante, y de las reacciones alérgicas.

·                      Los posibles efectos inmunes asociados a la leche materna se deben primordialmente a la capacidad de la inmunoglobulina A secretora, para evitar la absorción de ciertas proteínas ambientales en etapas tempranas de la vida, en el momento en el cual el organismo del neonato es susceptible para desarrollar reacciones alérgicas mediadas por IgE que duren toda la vida. De hecho, esta posibilidad se ha usado como una explicación sobre la razón por la cual la exposición dietética temprana a ciertos antígenos conducen a alergias, o por qué la deficiencia de IgA se acompaña de atopia.

 

COMPONENTES DEL CIRCUITO Enteromamario

El circuito Enteromamario es un tipo de circulación compleja, formada por eslabones biológicos sumamente importantes. Estos componentes de la circulación  enteromamaria  son: Células M, Placas de Peyer, Vías y Ganglios Linfáticos, IgA, y Epitelio Glandular Mamario. En esta sección ampliaremos cada una de las estructuras presentes en este circuito.

 

CÉLULAS M

Las células M son células epiteliales que se encuentran en regiones de borde en cepillo poco desarrollados, responsables del transporte de inmunógenos que se encuentran en el lumen intestinal a las Placas de Peyer. Tras la ingesta de antígenos, éstos deber ser internalizados por éstas células y los mecanismos por los cuales se las diferentes macromoléculas antigénicas varían según la naturaleza del material: las partículas grandes y las bacterias inducen su fagocitosis; los virus y partículas adherentes sufren endocitosis mediada por vesículas de clatrina, son llevados al sistema endosomal y expulsador por exocitosis a través de la membrana basolateral. Este mecanismo parece ser inespecífico, pero debe tener algún grado de selectividad, para no agobiar la función del transporte por bacterias de la flora intestinal normal. Debe saberse que los procesos bioquímicos involucrados en el transporte intracelular de las vesículas endocitóticas a fondo no han sido comprendidos en totalidad, pero es regulado de la misma manera que un transporte polarizado visto en otras células epiteliales.

En contacto con la membrana basolateral están las áreas interfoliculares: regiones de tejido linfoide donde se encuentran las Células Presentadoras de Antígeno (APC). Un rasgo típico de las células M, a diferencia de los enterocitos, es que su superficie basolateral está profundamente invaginada para formar “bolsillos epiteliales” que están en contacto íntimo con una banda bien definida de APC (llamada Área del Domo) situadas para captar losa antígenos y presentarlos a los linfocitos T de memoria especializados foliculares. Esta modificación en las células M, acorta las distancias que deben viajar las vesículas endocitóticas para alcanzar áreas inmunocompetentes, y permitir la interacción temprana con los antígenos secuestrados para la regulación de los elementos que participan en el sistema inmune de mucosa.

 

PLACAS DE PEYER:

Placas de Peyer, folículos linfoides aislados y componentes celulares

A lo largo del intestino delgado específicamente en la lámina propia existen folículos linfoides aislados cuyo diámetro varía entre 0.5 y 3 mm, los menores están limitados a la lámina propia, pero los mayores pueden hacer prominencia en la muscularis mucosae y desplazarse hasta la submucosa.

El epitelio que rodea a dichos folículos y los demás componentes tisulares que los rodean suelen estar infiltrados por linfocitos procedentes de los mismos folículos; además, pueden confluir y llegar a formar masas alargadas, de forma oval, de hasta 13 cm de largo y 1 a 2 cm de ancho, llamadas Placas de Peyer.  Éstas son el principal tejido organizado de la mucosa intestinal y en ellas se genera gran parte de la respuesta inmune local; predominan en las partes proximal y distal del intestino delgado, están constituidas por acúmulos de 4 a 20 folículos linfoides rodeado por tejido abundante en venas poscapilares, elementos reticulares y numerosos linfocitos, cabe mencionar que existen por lo general un centenar de placas de Peyer en los niños de término y se sabe que involucionan con la edad.

 Cada folículo está formado por una capa subepitelial o domo de poco contenido celular, un manto o corona (formado por una capa de linfocitos pequeños y situado debajo del domo) y una zona interna denominada centro germinal, la cual contiene células blásticas de gran tamaño.

Cabe señalar que el tejido interfolicular es rico en linfocitos T (cooperadores y citotóxicos), posee abundantes vénulas poscapilares, por las cuales recirculan los linfocitos, y vasos linfáticos eferentes; además, contiene algunos blastos secretores de IgA y células plasmáticas.

El domo de las placas de Peyer está formado sobre todo por linfocitos T y en menor proporción por linfocitos B y células plasmáticas.  También posee una zona densamente poblada por células dendríticas subepiteliales y por macrófagos.

Los folículos de las placas de Peyer contienen principalmente linfocitos B y algunos linfocitos T cooperadores.  Ambos tipos de linfocitos se encuentran diseminados en la corona y en el centro germinal, el cual posee un polo seroso rico en células que se encuentran en constante división y  un polo mucoso que contiene principalmente células dendríticas.

En las placas de Peyer además el acceso de los antígenos a la mucosa normal se efectúa debido al transporte mediado por células M, en el caso de agentes infecciosos o de antígenos particulares se inducen respuestas inmunes positivas probablemente porque tales antígenos son captados por macrófagos.  La absorción de antígenos luminales en el epitelio columnar a través del transporte mediado por receptores (como ocurre con las enterotoxinas), por invasión activa de agentes infecciosos, o por difusión de antígenos de bajo peso molecular, desencadena el desarrollo de respuestas positivas.  En la mucosa dañada hay pérdida de continuidad del epitelio, lo que permite el acceso de toda clase de antígenos por difusión y la captación de los mismos por células accesorias que promueven respuestas positivas.

 

VIAS LINFÁTICAS Y CIRCULACIÓN SISTÉMICA

Como parte del tejido linfoide asociado al intestino se encuentran los componentes linfoides extrínsecos que constituyen ganglios aislados-de 100 a 200 en el hombre-que reciben linfa intestinal, dichos ganglios  desembocan en grupos nodulares mayores situados alrededor de la arteria celiaca y de las arterias mesentéricas superior e inferior.

 

Cuando las células B precursoras que se encuentran en el intestino de la madre son sensibilizadas por un estimulo antigénico migran de las Placas de Peyer a través de la linfa y de la sangre periférica hacia varios tejidos secretores, ganglios linfáticos mesentéricos y bazo, en donde reciben señales moleculares para proliferar y diferenciarse.  Estos tejidos Secretores incluyen amígdalas, glándulas salivales, tejido linfoide asociado a conjuntiva , bronquios y glándula mamaria. En estos tejidos se comienza la producción de IgA de tipo Secretor que viaja en sus respectivos fluidos. En  el caso de la Glándula mamaria, encontramos altas concentraciones de IgAS en la leche materna.

 

 

 

INMUNOGLOBULINA A- (IgA):

La identificación de la IgA se encuentra  en secreciones externas, como la saliva y el calostro, estaba presente en una concentración relativa mayor que la IgG, lo cual la convertía en la principal inmunoglobulina de estos fluidos. El hallazgo de IgA en las secreciones constituyó una prueba clara de la existencia de un sistema especial para la defensa de las superficies mucosas, del cual se había sospechado durante mucho tiempo.

El análisis de la IgAS presente en las secreciones, reveló que su coeficiente de sedimentación se encontraba entre 10S y 11S y que, por tanto, era de mayor tamaño que la IgA sérica (7S). Esta diferencia sugirió que la IgAS era por lo menos un dímero de la IgA sérica, lo cual se confirmó en estudios posteriores.

Estructura

Las tres formas moleculares principales de la IgA son el monómero, el dímero y la IgAS. Al igual que otras inmunoglobulinas, el monómero de IgA contiene dos cadenas ligeras, kappa o lambda, un peso aproximado de 160 000 daltones (Da) y un coeficiente de sedimentación 7S. El dímero de IgA está formado por dos monómeros idénticos de la misma subclase y por una proteína llamada cadena J (joining peptide) de 20 000 Da. Se desconoce la forma de unión exacta entre los monómeros, pero el análisis químico del dímero establece que es mediante enlaces covalentes (puente disulfuro) entre las regiones Fc (fragmento cristalizable). La fórmula del dímero es (IgA2)‑J. Las células plasmáticas productoras de IgA sintetizan y secretan tanto al monómero como al dímero de la IgA. Aunque en el suero humano la IgA se encuentra predominante como monómero, en otros animales la forma principal de la IgA sérica es el dímero .

La IgAS consiste en un dímero de IgA al cual se asocia una proteína adicional llamada componente secretor (CS), que tiene un peso molecular de 75 000 Da y parece estar enrollada cubriendo las regiones Fc del complejo, al cual se une tanto por interacciones no covalentes como por puentes disulfuro. El componente secretor se llama así porque se encuentra en la IgAS pero no en el monómero ni en el dímero, y también existe en forma libre en las secreciones.

La fórmula estructural aceptada actualmente para la IgAS es, por tanto, (IgA)2 T CS, cuyo peso molecular se aproxima a 400 000 Da. El CS es una proteína integral de la membrana de las células epiteliales, en las cuales se sintetiza, y sirve como receptor membranal de la IgA dimérica producida por las células plasmáticas presentes en la submucosa o en la lámina propia de los epitelios. Al asociarse un dímero de IgA con una molécula de CS en la región basal de la célula epitelial, el complejo es endocitado y transportado intracelularmente hasta la región apical de la misma célula, en donde es exocitado hacia la superficie epitelial. A lo largo del transporte intracelular del complejo, el CS sufre modificaciones, como la eliminación del residuo polipeptídico intramembranal (que lo convierte en una proteína soluble) y la asociación covalente con el dímero de IgA. El CS sirve para el transporte específico y protege de la proteólisis al dímero de la IgA, una vez que éste se ha secretado hacia la superficie epitelial .

Funciones

Las funciones de defensa atribuidas a la IgAS en la protección del epitelio intestinal son: a) inhibición de la adhesión bacteriana; b) neutralización viral, y c) exclusión de antígenos solubles y particulados.

Inhibición de la adhesión bacteriana. La protección del epitelio intestinal a través del SIS, mediante anticuerpos dirigidos contra los patógenos adherentes, la llevan a cabo especialmente inmunoglobulinas del tipo de la IgAS dirigidas contra las adhesinas (moléculas responsables de la adhesión bacteriana). Estos anticuerpos bloquean los sitios de unión de las adhesinas a las células epiteliales, con lo que evitan la adhesión de los microorganismos y limitan su efecto dañino .

Neutralización viral. La mayoría de las infecciones virales tienen acceso al organismo a través de las mucosas. La IgAS dirigida contra antígenos virales aglutina los viriones y, de esta manera, limita su capacidad para infectar a las células epiteliales.

Exclusión de antígenos solubles y particulados. Hay muchos materiales químicos y biológicos en el medio que pueden resultar nocivos. La IgAS limita dichos efectos nocivos al formar complejos de muy alto peso molecular y difícil absorción .

 

Características biológicas y químicas de la IgAS

La IgAS tiene características notables para la protección de la mucosa intestinal. Entre las principales se encuentran:

1.                                  Poseer mayor capacidad de precipitación y aglutinación de antígenos que la IgA sérica monomérica. Se supone que esta propiedad se debe en gran parte a su tetravalencia, que le permite asociarse a mayor número de determinantes antigénicos .

2.                                 Ser resistente a la degradación, tanto enzimática como química. Los puentes disulfuro resisten más la reducción en la IgAS que en su contraparte sérica, probablemente por estar menos expuestos, ya que las regiones Fc están protegidas por el CS.

3.                                  Ser resistente a la proteólisis por tripsina, quimotripsina, pepsina, papaína y líquido duodenal, a los cuales es muy sensible la IgA sérica. Se ha comprobado que la IgAS actúa como un inhibidor no competitivo de tripsina y quimotripsina cuando se prueba con substratos pequeños como el tosilarginil metiléster (TAME), pero no con substratos proteínicos como caseína o hemoglobina. De manera curiosa, el CS, cuya presencia en la molécula parece causar este efecto, se degrada a fragmentos pequeños cuando se expone a la acción de tripsina, quimotripsina o pepsina en forma libre; el CS unido a la IgAS permanece inalterado por la tripsina.

Además de poseer un interés biológico obvio, estos hallazgos contribuyen al concepto actual de la estructura molecular de la IgAS. El hecho de que la IgA y el CS sean vulnerables en forma separada y resistentes al unirse, indica una asociación estrecha de los mismos en una parte considerable de la molécula de la IgAS. De esta manera, la combinación IgAsproteasa bloquearía de alguna manera la aceptación del TAME en el sitio de unión de la enzima, pero las cadenas polipeptídicas, como la caseína o la globina, serían capaces de apartar competitivamente a la IgAS de la proteasa.

La resistencia de la IgAS a la degradación y su valencia, confieren a ésta gran estabilidad para resistir condiciones adversas en el intestino y le permiten asociarse con avidez a los antígenos contra los que está dirigida; esto la convierte en un arma eficaz en la defensa de la mucosa intestinal y de otras mucosas.

 

EPITELIO GLANDULAR MAMARIO:

 

Las células plasmáticas presentes en la mama producen de manera predominante IgA. Estas células generan también cantidades abundantes del polipéptido responsable de la formación de polímeros, la cadena J. Las moléculas de IgA secretadas por las células plasmáticas del epitelio glandular mamario se ensamblan dentro de las mismas células y se exportan como polímeros, de dos unidades en la IgA . El transporte de IgA polimérica hacia la luz de los conductos galactóforos se efectúa por medio de la combinación de las mismas con el componente secretor (CS) .El CS se produce en el citoplasma de las células epiteliales ; en éstas se acumula en el aparato de Golgi y migra hacia la membrana plasmática basolateral .Los complejos Ig‑CS formados en la membrana de las células epiteliales son captados por endocitosis  y transportados a la cara luminal de la célula epitelial para luego ser exportados hacia la luz , de modo que se encuentran como parte de la secreción mamaria.

CONCLUSIONES GENERALES

·         La circulación enteromamaria permite el acceso de diversos factores protectores al lactante, de manera que su capacidad protectora no sólo incluye a la madre sino también al que recibe la leche materna.

·         Debido a la inmadurez del sistema inmune intestinal del neonato, éste se hace muy susceptible a infecciones y alergias que ponen en riesgo su vida, riesgo que por ende es mayor en aquel que no es amamantado sobre el que sí lo es.

·         La conformación de la molécula de Ig A secretora le confiere su estabilidad frente a condiciones adversas como el pH ácido del estómago del lactante, haciéndose resistente a éste y de este modo mantener su funcionalidad en el lactante.

·         Las células M juegan un papel muy importante en cuanto al control del transporte de antígenos a través de la mucosa del intestino, permitiendo así la presentación posterior por otras células y de esta forma el origen de la respuesta inmune protectora.

·         Cada Ig A secretora es específica para el antígeno provocó su formación, de tal manera que entre más expuesta está la madre a estos antígenos, mayor es la producción de Ig A secretora y así mayor la cobertura de protección que tiene el lactante.

·         Los posibles efectos inmunes asociados a la leche materna se deben primordialmente a la capacidad de la Ig A secretora para evitar la absorción de ciertas proteínas ambientales en etapas tempranas de la vida, en el cual el organismo del neonato es susceptible para desarrollar reacciones alérgicas mediadas por Ig E que duren toda la vida.